Según datos históricos, ni los incas, ni los españoles fueron capaces de dominar a los jíbaros, una de las tribus más feroces del Amazonas. Aunque, curiosamente, el único extranjero que logró ganarse su respeto fue un gallego llamado Ildefonso Graña Cortizo quien, a principios del siglo XX, se convirtió en el rey de esta tribu tras curar a varios de sus miembros enfermos.
Los pueblos Jíbaros son tribus de la región noroeste de la selva amazónica de Perú y del Ecuador, conocidos por su antigua práctica de reducir las cabezas de sus enemigos. Incluso, después de las batallas, algunos líderes llevaban las cabezas de sus presas colgadas alrededor del cuello
Los jíbaros se dedican actualmente a la agricultura pero, en el pasado, fueron grandes cazadores. Su arma preferida era la cerbatana, y ninguna presa escapaba a sus dardos envenenados con curare. Pero, además, estos guerreros se ha hecho legendarios por su costumbre de reducir las cabezas de animales y humanos.
Para ello, realizaban un corte en la nuca y tiraban de la piel hasta desprenderla del cráneo. Luego la metían en agua hirviendo, con una poción formada por jugo de lianas y otras hojas, que servía para reducir su tamaño y para evitar que se cayera el cabello. Una vez seca, le introducían una piedra dentro, y la dejaban expuesta al humo, para acaba de curtirla.
Tzantza, tsantsa o cabeza reducida es la práctica del pueblo indígena shuar de «reducir cabezas». Este místico procedimiento hacía que el nativo momificase y conservara las cabezas de sus enemigos como talismán y trofeo de guerra.
En esos extensos territorios en la actualidad habitan los que se hacen llamar la Nación Achuar, que vienen siendo apoyados de manera furibundo por diversas ONG extremistas que reclaman independizarse del Perú.
* Créditos:
Foto 1: Líder Indigena Amaoznico con su trofeo de guerra.
Foto 2: Max Uhle, Ibero-Amerikanisches Institut, 1900.
Foto 3: Cabeza reducida por aborígenes de la tribu shuar, Ecuador. Pieza expuesta en el Museo Polifacético «Rocsen». Córdoba, Argentina.
Foto 4: Tzantza o cabeza reducida en el Museo Pitt Rivers. Oxford, Inglaterra.